Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni
los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los
astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo
paso,
De mí murmuran y exclaman:
— Ahí va la loca soñando
Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos
canos,
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el
prado.
— Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se
abrasan.
Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?
Dizem que as plantas não falam, nem as fontes, nem os
pássaros,
Nem as ondas com seus rumores, nem com seu brilho os
astros.
Dizem; mas não é verdade, pois que sempre, quando eu
passo,
De mim murmuram e exclamam:
De mim murmuram e exclamam:
- Lá vai a louca, sonhando
Com a eterna primavera da existência e dos campos,
E já bem cedo, não tarda, terá os cabelos brancos,
E vê tremendo, aterrada, cobrir a geada o prado.
- Há brancas no meu cabelo, caiu nos prados a geada;
mas continuo sonhando, pobre, incurável, sonâmbula,
com a eterna primavera desta vida que se apaga,
com a perene frescura das campinas e das almas,
mesmo quando aquelas secam e quando estas se abrasam.
Astros e fontes e flores! Não murmureis de que eu
sonhe.
Sem sonhos, como admirar-vos? Como, sem eles, viver?
Tradução de Pedro da Silveira
Sem comentários:
Enviar um comentário